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Mirando adentro del cuerpo

Tuesday, October 11th, 2011

x-ray.jpgEl 8 de noviembre de 1895, Wilhelm Röntgen descubrió un tipo de radiación electromagnética desconocida y la llamó rayos X, utilizando el símbolo matemático x para representar algo desconocido. No solo ganó el Premio Nobel por su trabajo en 1901, sino que también marcó el comienzo de una nueva época en medicina, una donde no era más necesario abrir el cuerpo para investigar una enfermedad. De hecho, sin darse cuenta, Röntgen demostró este uso médico cuando utilizó la mano de su esposa para hacer la primera imagen con rayos X. Con la devastación de las Guerras Mundiales, los rayos X empezaron a ser muy utilizados y se transformaron desde entonces en un instrumento esencial para médicos y dentistas.

En comparación con nuestros días, el diagnóstico médico al final del siglo XIX era muy primitivo. Para investigar las enfermedades, los médicos estaban limitados por los cinco sentidos. Los sentidos de la vista y del olfato podían detectar señales exteriores de enfermedades (¡esperamos que no degustaran los pacientes muy a menudo!). Investigar el interior del cuerpo sin disección era más difícil. El sentido del tacto ayudaba con los huesos fracturados o objetos extraños alojados en el cuerpo, pero una tumefacción en la zona podía hacer difícil el diagnóstico. Para ayudar el sentido del oído, el estetoscopio ampliaba los rumores en el cuerpo. Sin embargo, los diagnósticos hechos por el tacto o el oído siempre dependían de una imagen mental de las entrañas del paciente que hacía el médico. Y este mapa podía parecer muy diferente a la realidad.

Pero, con los rayos X los médicos podían obtener una imagen real del interior de un paciente que, como puedes imaginar, mejoraba enormemente el tratamiento médico.

En nuestro artículo de arqueología, mencionamos el espectro electromagnético y algunos empleos de la radiación infrarroja – radiación con longitudes de onda un poco mas largas de la luz visible. En este artículo, saltamos al otro extremo del espectro electromagnético. Los rayos X tienen longitudes de onda mucho más cortas de la luz visible.

Para hacer una imagen del interior de un paciente con rayos X, la prima cosa que los médicos necesitan es una fuente de rayos X. Para generar los rayos X, un pedazo de metal recalentado – llamado cátodo – y un captor – una placa llamada ánodo – son puestos dentro de un tubo de vidrio de donde se ha sacado todo el aire. El cátodo y el ánodo son conectados a una fuente de energía de alto voltaje y ésta crea un rayo de electrones entre el cátodo y el ánodo. Los rayos X se producen cuando los electrones golpean el ánodo. Este sistema, llamado tubo de rayos X, es casi idéntico a los tubos de rayos catódicos utilizados en los viejos televisores y monitores de computadoras.

xraytube.jpg

Para usos médicos, se utilizan tubos como éstos para crear pulsaciones cortas de rayos X que apuntan al paciente. Se mete una película fotográfica detrás del paciente. Los rayos X no atraviesan totalmente las materias más densas como los huesos y pasan más fácilmente por las materias menos densas como los tejidos. Una sombra se forma en la película donde los rayos X son bloqueados. Cuando se revela la película, ésta se vuelve más oscura donde se han habido mas rayos X, así que objetos más densos como los huesos aparecerán más claros en la imagen final.

Por más útil y sencilla que esta técnica sea, se han desarrollado también algunas técnicas más avanzadas. Una TAC (tomografía axial computarizada), por ejemplo, es una serie de imágenes que se hacen pasando el tubo de rayos X en un círculo alrededor del paciente. Se hacen miles de imágenes desde muchas direcciones y se compilan estas imágenes para formar una imagen tridimensional.

Ahora, la próxima vez que vayas al médico, o pases por la seguridad del aeropuerto o te rompas un hueso, ¡puedes darle las gracias al Sr. Röntgen por su descubrimiento!